martes, 3 de marzo de 2015

Todos los caminos me llevan a ti

He enviado un recurso al tribunal. ¿A que tribunal lo envie? Al tribunal mi corazón, de mis sentimientos, de mi dedo que agudizado te señalaba. Porque los que creía mis aliados me han traicionado y los que creía enemigos se han vuelto aliados. ¿Así es esta vida? Pues si... Querida Martina, así marchan las cosas en mi interior...

Escribo esta carta que nunca leerás, estas letras que tus ojos no verán danzar... Sentimientos de un corazón desnudo. Pese que aborrezcas las letras yo te amo a ti... Vaya cambio, ¿no? He llegado a sentir afecto por la misma persona a la que hace unos meses aborrecía...

¿Porque te despreciaba? ¿Por que me causabas asco y repulsión vomitiva? ¿Por un simple error? ¿Por algo que cometemos todos empujados por la ceguera de la ignorancia?
No hace falta que me respondas, muchacha de tierna mirada y pelo de cafe. Te respondera esta inútil carta a ninguna parte. La única respuesta posible es que no soy tan fuerte como parece...

Soy semejante a la marea, que impetuosa golpea las rocas de los acantilados, para luego avergonzada y retraída, retirarse manipulada por su hermana la corriente.  Pero he descubierto ese metal virgen, las ventanas de tus ojos se han abierto ante el paso tenue de mis dulces palabras cual bálsamo para las arrugas de tu corazón. 

Por eso lloro, pues las visiones me inquietan. ¿Sabes que moriría por un abrazo tuyo? ¿Que mataría por uno de tus besos? Aunque solo fuera en la mejilla, un calmado y pausado beso, de esos que hacen que el tiempo se detenga...

Lo sabes princesa. Sabes que te están utilizando para un fin carnal. Tus ojos te delatan. Todos saben acerca de tus bellas formas, de tus resplandecientes posaderas, pero ¡oh! Nadie sabe, ¡Nadie!, lo que has pasado para poder lucirlas.

Y yo lo sé, y no creo en las casualidades reina, creo que el destino ha querido que lo sepa, bueno, que el azar nos juntará, lo sé, lo presiento. Cuando te vuelvan añicos el alma, cuando te usen y jueguen contigo cual muñeca de trapo...

No se cuanto tiempo tardarás en ser mía... Pero lo serás reina, pues conozco todos tus secretos. Bueno... no todos... pero si algunos de los más oscuros, y por eso confio y quiero estrecharte entre mis brazos.

Puede que lo sepas. Que presientas lo que pasa por mi mente. Créeme, que he intentado dejarte a un lado, olvidarte, pero no puedo... No quiero, no después de hablar contigo y sentirme cómodo, a gusto, y que una sonrisa tonta se dibuje en mi...

Que tiemble como un enfermo cuando te desnudo mi corazón y te dejo que lo tomes...
Te han hecho sufrir en el pasado, te han hecho llorar... Me duele cual puñal helado en mi alma. Si te intentan hacer llorar no lo conseguirán porque yo te secaré las lágrimas. ¡Qué dolor! ¡Cuántas lágrimas en el suelo al enterarme yo que incluso tu inocencia quisieron quitar!

Pero confía, yo estoy aqui para devolverte lo que la vida te ha robado, lo que los malos mozos te han arrebatado: tu alma, tu ser, tu interior... Yo te lo daré mientras al oido te digo: Martina, ¡TE AMO!

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