martes, 20 de octubre de 2015

Desengaños...

Casi no puedo escribir... no puedo argumentar palabra... no puedo respirar... Un tembleque afecta a mis piernas como si del baile de Sambito se tratara. Ese escozor helado sube por mis muslos y llega a mi vientre donde nauseas transforma esta desdicha. Me han clavado un puñal en el corazón, lo han agrilletado y el sinvergüenza ha tirado las llaves. Tengo ganas de llorar pero no me quedan reservas en el manantial.

Soy un alma en pena, a la cual le han quitado el único sustento, otra alma, la de otra persona que ha encontrado a su principe azul. Bueno gris, un sueño que aún no se torna real. Unas circunstancias que mi ser vomita, maldice, desprecia... Una triste realidad a la que mis ojos no quieren asistir.

Un terremoto ha habido en mi corazón, de escala infinita. Sus frías y sudorosas manos retirando el fuego de mi ser, descolgando su retrato pintado en mi portentoso músculo de color rojo, haciéndole postrar de dolor...

Es posible, que la ceguera me haya guiado hasta el tropezadero. Locos gemidos que se escuchan en los baños de al lado, que mi mente oye pero mi corazón se niega a procesar la información que recibe. Piensa en el verdadero amor y lo confunde con el sueño de una noche. Se cree, ingenuo que se lo ofrecera la dama en la que puestos sus ojos torna lloroso mientras se pregunta por que.

¿Por que?  Una pena tras otra pena están acabando conmigo... Un dolor tras otro dolor y una felicidad que se aleja ante cada paso que doy me está martirizando... Lo mejor será alejarme como un cóndor, herido por el más feroz de los disparos...

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