lunes, 30 de noviembre de 2015

IN[TOLERANCIA]

Bajo el noble estandarte de la libertad,
corderos-caudillos se alzan de la nada,
y pretenden con airosas palabras
alcanzar la opinión unitaria de la gente.

Personas que hablan, luego piensan,
que piensan, luego solo existe su voz,
su concepto se eleva al plano astral,
la opinión ajena, aceptarla, ¡algo fatal!

Bajo el escudo del común,
malas personas corrompen
corazones de inocentes polizones,
a los que abordan a las frías aguas
del mar del Norte.

Bajo apariencia de piedad y comprensión,
se ganan de sus oyentes compungido temor,
pues de muchas voces, una verdad,
cual expulsa otros conceptos,
como Isabel a los judíos de Sefarad.

Seamos tolerantes,
no sea, que a nosotros,
salga con más talante,
una voz que derribe
nuestro caminar.

Una verdad solo lo es a medias,
una razón nunca es completa,
sin formas,
sin sosiego,
ni piedad,
cualquier aroma se torna,
en infestuosa mortandad.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Fotos.

Es algo, es tangible, pero celestial,
tan poco le importo a la vida,
que de éstas soy echado y fingida
la sonrisa que me da un tierno
                                            No.

¿Sabré lo que es importarle a alguien
que se encuentre a escasos metros de mi?
¿Conoceré en profundidad el secreto
del bien?
¿Contemplaré el florecimiento del amor
en mi adolescencia?

Pobre paria, que se lame las heridas,
las vendas sobre ellas, 
tan rígidas, tan tupidas. 
La negrura recorre palmo a palmo
el alma doliente,
que se consuela a si mísma,
haciéndola carente
de la idea, de la concepción de que la amen,
algún día.

La brisa sopla brava, los tornados de Oriente
del sur y del Norte, que el barco llevarán
a Naufragio. Nunca habrá instantáneas con
amigos, con amores o con tenues
y frescos dolores, de sentimientos que
una vez fueron reales. 

Desfase.

Noche de viernes, arden los infiernos,
sus puertas se abren para acoger
los pobres moribundos
que yacen por los suelos.

Noche de viernes, noche de lluvia,
raro es el que no pierde las luces,
amargado, quien renuncia a una rubia.

Mundo,
eres mi prisión.

Lleno de clichés, etiquetas,
que todo el coro entona al
son del tímbalo y la trompeta,
mientras feliz descarna la luna.

Desfase, el sustantivo contundente,
Desfase, el padre nuestro de la juventud,
las cosas banales como verdaderas,
los si son que no son me enloquecen,
me distrae la simpleza tangente,
que desprenden algunos integrantes
de la gente.

Para todo hay una edad,
reir, llorar o desfasar,
perder, sufrir, alcoholizarse,
hasta morir.
Drogarse hasta contemplar
el dulce firmamento.

Bienaventurado el que soporta calamidad,
el que no sucumbe al deseo carnal,
pese a recibir por ello la fatalidad.

El Amadorio.

Amada el amadorio te concedo,
para que tu tersa piel y dulce alma,
tenga un reposo de tus deleites,
de las pasiones que entre edredones
descarga sobre mis ánimos

tus sutiles movimientos.

La suerte siempre será contigo,
Amada,
pues esa azucarada boca,
de las palabras cascada,
ese bello arte llamado oratoria,
por esas lindas comisuras
llega a su máximo.

Amada el amadorio está limpio.
¡No lo ensucies! Pues mi corazón
merece un respeto. No sea la razón
tu mayor ceguera Amada mía,
acompáñame en las noches frías
y entonces,
ganarás el Cielo.

¡Como te desenvuelves sobre el escritorio
Amada!
¡Del amadorio, un lugar singular!
Pues tu sensual enclave, vulgar embruja,
el papel derrama tu sangre creando
lindos trazos,
pues la tinta que corre en tu torrente,
y tu corazón,
la pluma, es la fuente
donde se esconden los más bellos sentidos.

Llena de hermosura, ¡Poesía!
¡Ven a mi escritorio y hazte mía!

Pañuelos de colores.

Pañuelos de regalo, uno dorado de compromiso,
pañuelos con forma de flores, de coches,
de cajas de bombones
o de vídeos de canciones.

Pañuelos de formas, pero ¡Pañuelos!
Quien te empuja a la risa es un farsante,
un ilusionista, un mago que a tus ojos atrae.

Interior gueco, corazón necromorfo,
alma muerta, aliento hediondo,
de Boss, pero hediondo.

Sepulcro blanqueado te provoca a risa,
te saca un conejo de su chistera,
¡Oh, que milagro! ¡Que Dentera!

Su cuerpo, polvoriento, desintegrado.
Hercúleo pero polvoriento, deshinchado.
La fuente de su poder, agua de mayo,
flauta seca, grande pero falto,
imponente pero blandito,
penetrante, pero dañino.

Atractivo príncipe azul,
cara de sapo, deyección de abedul.
Y tu, rosa de los vientos,
¡Qué pena me das!

Podrías ser feliz si quisieras,
pero No.
En un visto y no visto,
afianzas el fruto de tu quimera,
al mismo que te propone la luna,
y por detrás te proclama ramera.

Esto te acontece por buscar el polvo,
pretender lo corruptible,
y anhelar lo sensible.

Créeme, cuando te digo,
que al final sobrevive lo inteligible,
lo incorruptible y lo eterno,
¡ES EL ALMA!.

Si el alma de ese ilusionista
es profana, ¡O de ella reniega!
Si carece de amor fiel,
por mucho placer que te de,
por mucho teatro
que haga  entre sábanas,
nunca podrá amarte,

ya que tu,

que conquistas todas las flores,
para él serás como las demás,
simples Pañuelos de Colores.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Destierro.

Cuando actúa la justicia,
se forman en mi corazón
fuertes lazos de esperanza.

Ciertamente el destino es fiel,
para condenar los pecados del cruel,
y devolver la vida al inocente.

Ciertamente, conozco que resuelves
tus juicios con pronta rectitud,
mis alabanzas anhelan tus caminos,
mi respirar se ralentiza con prontitud.

Pues de la peña han caido los poderosos.
Aquellos que se creían invencibles,
han sido derrotados
bajo tu mano vencedora.

Los insensibles que bramaban
cual ovejas desperdigadas por los prados,
han recibido el fruto de sus acciones,
la compasión por sus deserciones
es la muerte.

¡Destierro! se asoman las señoras,
¡Destierro! gritan en las plazas,
¡Destierro! tiran de espinos ramas,
Por la puerta de atrás con la cabeza gacha.

No toques a otro semejante,
no hieras de muerte su esperanza,
porque si errares en este tu mandamiento,
yo te conjuro a sufrir el temido destierro.

El sol será horno de fuego,
la tierra magma del infierno,
tus pies bronce bruñido,
y tu respirar vapor de tren,

Caminarás sin encontrar reposo,
vagarás de uno a otro confín
sin encontrar quien te rescatare
de donde te sumes, profundo lodo.

Yo te condeno rapaz alimaña,
sufre las penas de mi corazón quemado,
que tus risas retumben tu conciencia,
que tu dolor sea el pago de mi paciencia.