domingo, 11 de septiembre de 2016

Amores de temporada

¡Corazón caprichoso! Tú el de la quieta batalla,
eres precisamente tu con tu tierna mirada,
quien seduce en aras de un amor despreocupado,
el que induces en tu sutil y descarado
tono de fin de medianoche.

Amores de redes sociales
que duran lo que las hojas del otoño
en desprenderse de su nodriza,
dolor profundo cuna de todos los males,
de una sociedad corrupta saciada a lo mundano,
de una serie de males atrópicos que maldicen,
proyectos de personas que aborrecen lo humano.

Romances de una noche, sabanas manchadas,
locuras sin medida, medidas desarraigadas,
se juntan dos personas y entre sábanas
se atreven a pisotear sus sentimientos
y a desahogar sus instintos, 
porque, pobre de ellos,
no han conocido lo que significa el amor verdadero.

¿Hay sentimientos aún en esta tierra?
Lo que a mi me resta, es que ellos han perecido,
son una especie más que presto se ha extinguido,
y quedamos nosotros, burdas imitaciones de lo humano,
con sentidos atrofiados y corazón marchito,
que sigue sin pausa ni temblor
todo lo que le dicta su instinto,
como los esclavos obedecen sin amilanarse,
todo lo que les dicta su señor.

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