jueves, 18 de febrero de 2016

CANCIÓN ESPARTANA.

Ahí embiste el tirano su silueta
no en los campos, ni en los valles,
ni cargados todos de calaberas,
allí, donde el oso borracho de madroños,
no consigue adalid que calme sus antojos.
En el corazón de una ciudad castiza,
allí reside el tirano con su látigo,
de nada valió nuestra resistencia
porque es el pueblo mismo,
quien a su nombre entona cánticos.
Bajo la gamuza progresista,
de un movimiento antaño, obrero,
se ha colado un lobo sanguinario,
pordiosero, harapiento, y matador.
Quien con engaños y agasajos,
a un pueblo cada vez más dormido
pinta su mundo de un color colorido,
mientras el pueblo mendiga
por de una naranja sus gajos.
Allí está, nobles guerreros.
el enemigo que un día derrotamos,
sentado en el trono de su maldad,
nosotros fuerzas desgastamos,
pero el mal no logramos
exterminar de la tierra.
Allí está, nobles ciudadanos,
confiado sobre su trono,
reclinado, sobre su sillón de cuero,
pensando que el inguenuo obrero,
aguantará sus vicios rastreros,
pero, ¡oh si tienen razón!
Animales sin corazón, oíd,
pronto llegará aquel día,
en el que pagaréis vuestra osadía,
en el que con cadenas serán atados,
los que en nombre de las leyes,
miles de inocentes tienen aprisionados.

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