domingo, 21 de febrero de 2016

Dogma.

Por las casas va sembrando,
con sus palabras presto terror,
con su alarido corre sin demora
el rubor de la incesante represión.

Porque todo lo que dice es verdadero,
todo lo que reza, incuestionable.
Porque por su condición es intocable,
porque es de Dios hijo, sabio, justo y recto.

Porque contra nadie pronuncia mal alguno,
salvo con aquellos más sabios que él,
ese que aparece tan oportuno,
a cuestionar los dogmas de manera racional,
a poner en entredicho un libro "rotundo"
que escribió el catolicismo de sotana,
¡ese que tanto se dignan a increpar!

Catolicismo regio, imperante, vencedor,
que tan santo se creía por las calles,
y dentro era los que más pecado guardaban,
los que más fechorías cometían, ¡enloquecedor!

A ese Catolicismo le salieron hijos,
débiles vástagos que se creyeron fuertes,
para dividir al hombre por el color de su abrigo,
para decir, ¡hereje! por no compartir sus santas fuentes.

¿No es la Religión un crimen organizado?
¿Hay mayor represión para el hombre que el dogma?
El mismo Jesús lo dijo: "No traigo paz, sino espada"
para que en el nombre de Dios quiten el pan con guadaña,
para que por la gracia de Dios enciendan a mujeres hogareñas,
por cuestionar sus creencias, por tirar sus quimeras.

¡Oh Gran Ramera! Todas las religiones tienen,
un único Dios quien contando vienen,
el Dinero, como amo y señor,
y el pueblo, como ignorantes con pastor.

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