miércoles, 14 de enero de 2015

En el día malo

En el día malo todo se te derrumba. Esa sensación de angustia latente en tus entrañas por el caos y el desastre de vida que llevas, brota y se hace un gigante dentro de ti, aprisionando tu corazón con fuertes y oscuros lazos, tan oscuros son que parecieran un embrujo, un hechizo sembrado por la más sádica de las hechiceras.

Hoy ha sido un día malo para mi. No es que fuera el peor día de mi vida, los ha habido y habrá peores. El caso es que este día ha sido especialmente malo pues ha herido aún más mi corazón, ya mortalmente triste. Anoche no pude dormir, los tormentos de mi mente me lo impidieron. 

Pese a todo esto, aún veía un poco de color en mi vida, color que se difumino en un oscuro sepia nada más caerme en la perpetra oscuridad del precipicio. Un empujón bastó para que mis emociones se desplomasen al sonido del disparo del odio. 

Me levanto con heridas en las piernas de la caida, el dolor que supuso me hace lagrimear. Decidí seguir con un dia grís y lluvioso, con la esperanza de que saliera el sol por algun vértice de mi cielo, pero no lo hizo...

Aún así, agradezco a este día el haberme enseñado algunas lecciones de valía. Los falsos amigos, esos lobos disfrazados de ovejas que sacan su pellejo para arruinarte la existencia. Creados con ese fin lo hacen y no te das cuenta, o te das cuenta cuando es demasiado tarde... En fin, en el día malo lloras, sufres, pero también aprendes lecciones que te acompañaran hasta la mismísima tumba...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario