jueves, 16 de abril de 2015

El poder de la cobardia

Vengo en busca de un beso tuyo, unas caricias, unos gestos, u a sonrisa. Pero mientras decidido corria el velo del silencio para tocar tu suave  piel, un torbellino de inseguridad y celos me nublaba la mente, me distorsionaba la vista, mientras rojo como la bandera de la Eterna Revolucion de mi corazon, mi cara expresaba la frustracion, resignacion, impotencia, y los imponentes celos, que como jarrones golpeaban en el suelo y causaban espanto.

Venia a saludarte, pero el verte darle un beso en la mejilla y una caricia, que verdadera o falsa explota el sufrimiento que corre por mis venas hasta hacerme imaginar que vuelo por los aires en pedacitos muy pequeños y que lloras pero entonces viene el, te seca las lagrimas y te restituye la felicidad, como si nada pasara.

Me devuelvo con rabia y lagrimas en los ojos, ansiando el momento en el que tenga el valor suficiente para, al menos, refugiarme entre tus brazos...

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