sábado, 4 de abril de 2015

Hasta siempre, muy leal.


Rubio azabache, negro quemado,
porque contigo todo cambia el sentido,
todo pierde la noción.

Pues sino dime, ¿quien eres?
¿No eres aquel que con una sola de
tus caricias me hacías tuya?, ¿no eres
aquel que me transportaba hacia tu mundo
de fantasía llamado "Nunca Jamás"

Dímelo Peter, dígamelo usted, señor Pan,
ha robado mis sueños, ha acelerado mi muerte,
¿todavía he de creer en su palabra?

¿No es usted el gentil hombre que desecha 
el corazón de las damas que te son leales?
Esperemos bandido, esperemos...

Esperemos que no aparezca una dama 
con más poder destructor
del que puedas acariciar jamás.

Pues cuando llores en la cantina de la esquina
aquella en la que tantas veces
el hígado me consumí, entonces estaré allí,
detrás de la puerta, con macabra sonrisa,
diciéndole adiós para no volver a verle nunca más.

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