sábado, 4 de abril de 2015

Sr. Nadie


Tu... si tu, escúchame bien,
tu que silenciosamente todos los días
me lees. Tu que te sientes solo, igual que yo
tus invisibles ojos en la invisible pantalla.

Tienes que saber tu y solo tu, 
que pese a que no seas sino Nadie, 
la visita de Nadie a este sombrío lugar,
me llena de orgullo.

Tu, Nadie, eres el único que me entiende, 
que me mima, que mira todos los días este diario,
que observa mis intentos por crear algo bonito
que me aplaude en su soledad, 
en la soledad de su mente.

Has de saber Nadie, que te estimo. 
Has de saber que no se que haría si no tuvieras
tus atentos ojos a mis historias, a mis leyendas,
a mi VIDA. Quiero que sepas Nadie, 
que mi báculo eres TÚ.

Espero que, al leer esto no te asustes querido, 
sé que no te llamas Nadie, se que tienes muchos nombres,
los nombres de personas anónimas que leen 
esta clase de desvaríos hechos palabras.

Te he llamado Nadie porque así
te siente mi alma, te palpita mi corazón.
Te he llamado Nadie, porque necesito morir.

Morir de pena al no ver nada, 
y resucitar cuando siento 
en el fondo de mi ser, 
que alguien lee estos mensajes, 
y que ese alguien
no se llama Nadie, 
Te llamas Tú.

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