lunes, 21 de septiembre de 2015

Soledades desengañadas


La cabeza firme, la bandera en alto,
las miras de mi frente, el eco de tu alma,
entraron en mi interior cual fuerzas de asalto,
cobraron aliento en mi yo cual peste que mata,
no sin antes herir por completo mi ser

Por tus oídos entró mi amor,
por tu boca, expulsaste hiel,
no pensaste que me dolería,
el verte amarrada a los labios de otro.

¿Creíste que esos "te quiero" no calarían?
Mi mirada perdida, yo completo absorto,
deshecho de gusano me siento,
frío norteño que en su interior espera,
que se acerca, que ya viene,
el más cruel de los infiernos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario